Las cinco cosas más importantes de la vida


...o las cinco cosas de las que nos arrepentimos antes de morir.

por Ana Alejandre

Bonnie Ware
            Según Bonnie Ware, enfermera que lleva muchos años trabajando en los cuidados paliativos a los enfermos terminales, experiencia  de la que habla en su blog y que después vertió en su libro “Regrets of the dying“, lo que  se podría traducir como “lamentos de los moribundos”, en el que afirma que en todos los casos que ha conocido a lo largo de su extensa experiencia profesional durante las semanas que acompañaba a los diversos moribundos, siempre oyó las mismas quejas de quienes, estando al borde de la muerte, hablaban de sus vidas y de lo que se arrepientían por haber hecho mal o por no haberlo hecho nunca.
            Estas quejas se podrían resumir en cinco apartados distintos que ponen en evidencia aquello en lo que coinciden todos los que estaban en el último trance de sus vidas, lo que nos puede alertar a todos los que aún tenemos posibilidad de cambiar de vida o dar importancia a lo que de verdad lo tiene, para no llegar a ese momento crucial lamentando lo que se hizo mal o lo que dejamos de hacer a pesar de desearlo, siendo en realidad lo más importante. Todo ello se relaciona a continuación:
            1º) Lamentos por no haber sido fiel a sí mismo y no haber luchado por sus propios sueños. Es la queja mayoritaria, y quienes la hacen afirman que se equivocaron de vivir sus vidas aceptando ser y hacer  como los demás querían o esperaban que hicieran, sin tratar de vivir sus vidas de acuerdo a sí mismos y a sus propios deseos, necesidades o expectativas. Es decir, sienten que malgastaron sus existencias llevando una vida conformista con lo que los demás esperaban de ellos, sin revelarse ni tratar de ser y vivir como ellos realmente pensaban y sentían.
            2º) Arrepentimiento por haber trabajado tanto y haber quitado, por ello, tiempo a la propia familia, a los seres queridos que es, en definitiva, lo que le da sentido a la vida. Este lamento es muy frecuente en el sexo masculino que se quejan de no haber dedicado más tiempo a su esposa e hijos y haber perdido así un tiempo irrecuperable para gozar de la compañía de los suyos.
Portada del libro  
            3º) Pesar por no haber sido capaces de expresar los propios sentimientos, por temor a enfrentarse con quienes los rodeaban, negándose así toda posibilidad de ser auténticos y de llevar una vida acorde con sus propios sentimientos. La falta de autenticidad y de coherencia entre lo que expresaban y sentían los llevó a vivir una vida frustrante y poco feliz, en la que se negaban a sí mismos la posibilidad de alcanzar su propia realización y la expresión genuina de  sus propias emociones,  necesidad que se frustró en unas vidas en las que se negaban constantemente a sí mismos, falseando sus propios sentimientos.
            4º) Arrepentimiento por no haber cuidado y mantenido más la relación con los propios amigos, aquellas personas con las que establecieron lazos de afectos y amistad profunda. La mayoría de las veces achacan ese desinterés o falta de atención a la escasez de tiempo, a la lejanía, a las muchas obligaciones o cualesquiera otras causas; pero todas ellas los alejaron de quienes les importaban de verdad y cuya compañía les hacían realmente felices. Esta queja e s muy frecuente al igual que quienes se lamentan de no haber estado más tiempo con sus propias familias.
            5º) Lamentaciones por no haberse permitido ser más feliz, haciendo más caso a lo que en verdad sentían, deseaban y. por ello, ser más auténticos, revelándose ante situaciones, personas y hechos que les hacían profundamente desgraciados, pero no tuvieron el coraje de intentar cambiar lo que era el obstáculo para su propia realización personal. Esta es una de las quejas más frecuentes, porque encierra la confesión de no haberse permitidos ser ellos mismos y en esa negación por el propio sentido del deber mal entendido, o por imposición ajena, encontraron su propia desdicha.
            Todos estas quejas y lamentos nos deberían hacer reflexionar que la vida es un determinado espacio de tiempo que se nos ha concedido y debemos vivirla intentando ser fieles a nosotros mismos, porque sólo en esa fidelidad personal y en la autenticidad del binomio sentimientos-hechos podremos encontrar la única posibilidad de vivir con armonía, coherencia e integridad que es la clave de toda existencia para que en ella pueda haber momentos de felicidad y plenitud, sin posibilidad de llegar al final con la sensación dolorosa y amarga de haber desperdiciado la propia vida, anclada en el conformismo y la auto-negación.
            Para terminar hay que recordar lo que dijo el genial Charles Chaplin cuando afirmaba: “La vida es maravillosa si no se le tiene miedo”.
            Ese miedo es el que impide a muchos seres, a una gran mayoría, vivirla y gozarla, a pesar de su inevitable carga de dolor, con toda la intensidad y esperanza que siempre, generosa, nos ofrece.  
                       


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