Dan Brown y la fórmula del éxito



El famoso escritor estadounidense, Dan Brown (Exeter, New Hampshire, Estados Unidos, 1964), ha pasado recientemente por Madrid, para presentar su última novela "Inferno" (Planeta) -sexta de las que ha publicado y que siguen a "Ángeles y demonios", "El Código Da Vinci" y "El símbolo perdido"-, y está inspirada en "La Divina Comedia" de Dante y que ya está alcanzando ventas millonarias en otros países, a pesar de que las críticas recibidas no son precisamente halagüeñas por considerarla una obra "pesada", después de haberla presentado primero en Nueva York y, después, en Londres y Düsseldorf, por lo que su penúltima escala en la ronda de presentaciones (la última será Florencia que es el escenario en el que se desarrolla dicha novela) ha sido la Biblioteca Nacional de Madrid, el 30 de mayo pasado, recibiendo una gran acogida y expectación multitudinaria del numerosísimo público que llenaba el recinto.

Este maestro en crear bets-sellers, como han sido sus titulos anteriores, pues el más conocido "El Código Da Vinci", que ha sido traducido a 54 idiomas y del que se han vendido 80 millones de ejemplares en todo el mundo, se ha convertido en uno de los autores más seguros y rentables para las editoriales (ha vendido nada menos que 200 millones de libros). Por este motivo, el propio autor ha dicho: «Si abandonara el personaje de Robert Langdon, cincuenta editoriales se pondrían muy nerviosas», en tono de broma, ante la hipotética posibilidad de cambiar su estilo y temas literarios, aunque ha afirmado que algún día lo hará -quizás, cuando sea lo suficientemente rico como para no importarle la opinión de sus editores y no tenga que atenerse a sus exigencias-, buscando nuevas vías de expresión literaria.

A pesar de que dicho personaje antes mencionado es el protagonista constante de sus obras y al que muchos consideran el alter ego de Brown, éste niega esa posibilidad, y afirma que "Mi vida es mucho menos interesante y más solitaria".

La inspiración de su última obra ahora presentada en Madrid parece ser que le vino de sus múltiples lecturas de "La Divina Comedia", de Dante Alighieri, obra a la que considera muy moderna, a pesar de haber sido escrito hace 700 años, y a la que leyó por primera vez a los 18 años y que ha vuelto a releer en muchas y diferentes versiones, según explicó en su presentación en Madrid. Lo que más fascinó de la obra de Dante es el infierno porque está repleto de símbolos y considera que estos son muy poderosos e influyentes en la psique humana, porque significan lo mismo para todos y están correlacionados en los diferentes idiomas y culturas, creando nexos entre unos y otras.

Esta obra tiene dos partes diferenciadas o niveles: el primero, es una narración en la que el ritmo está unido a la acción sin tregua, además de ofrecer una constante intriga, sangre y perversos personajes; pero, además, hay un segundo nivel o trasfondo que sirve como telón de fondo: el gran problema de la superpoblación, porque según Brown: "En 85 años la población se ha triplicado. Cada día hay 200.000 nacimientos. Todos nosotros, escritores y periodistas, tenemos un podio, una voz y debemos expresarnos a través de un diálogo constructivo para ayudar a resolver el problema. Yo no pretendo encontrar la respuesta". El propio autor ha afirmado que, aunque no considera a su obra un libro reivindicativo y activista, sí le preocupa mucho el futuro de la Humanidad, especialmente la superpoblación a la que ha aludido.

Sin embargo, las verdaderas inquietudes de Dan Brown -que constituyen los grandes misterios que en el futuro el ser humano tendrá que dilucidar- están basados en los descubrimientos y avances de la biología genética y las cuestiones éticas que se plantearán, sin duda. El propio autor se hace y nos hace una pregunta: "¿Nos creemos Dios?". Para el escritor estos temas son los misterios más fascinantes. Teniendo en cuenta que su padre era matemático y su madre organista de una iglesia, creció influenciado tanto por la ciencia y sus intrincados sistemas y la religión y sus verdades eternas, lo que le enseño a cuestionarlo todo, como afirma el propio Brown.

Los editores, a la vista del enorme éxito y atracción que tienen sus obras ante los lectores, han tenido cuidado exquisito en que nada pudiera trascender al exterior mientras duraba la traducción de la novela a los distintos idiomas. Para ello, hicieron trabajar a los diferentes traductores en un búnker situado en Milán, sin poder tener acceso a los teléfonos móviles e internet, como si de un peliagudo asunto de Estado se tratara.

Además, Brown afirma con evidente satisfacción que ha tenido acceso a numerosos documentos, entre los que destaca una edición de "La Divina Comedia", que está custodiada en la Biblioteca Laurenziana de Florencia, escrita y publicada poco después de la primera edición de la obra de Dante, y a la que tuvo que consultar con guantes, pero con indudable emoción.

Volviendo al tema del extraordinario éxito de las obras de Brown, hay que recalcar que de esta nueva novela se han impreso cuatro millones de ejemplares en la edición inglesa y un millón para la española, además de haber sido también editada en catalán (Editorial Empùrias).

Este ejemplo de autor de éxito comercial sin precedentes, pone de nuevo de manifiesto que la literatura, con independencia de su calidad que no siempre está relacionada con el éxito de ventas, puede ser una auténtica fuente de ingresos incalculables para un sector que ha tenido una fuerte bajada en ventas por la crisis económica y otros factores. Sin embargo, nadie ha podido aún encontrar la fórmula que explique por qué unos libros baten récord de ventas y se convierten en los llamados best-sellers y otros, sin embargo, a pesar de tener una calidad literaria incuestionable, pasan desapercibidos para el gran público y terminan durmiendo el sueño de los justos en cualquier almacén editorial o de las distribuidoras, cuando no terminan siendo destruidos por el alto coste que supone su almacenamiento.

Sólo las sucesivas generaciones han rescatado del injusto olvido, en ocasiones, a insignes obras literarias que habían pasado desapercibidas en su momento, llenando de frustración y desencanto a autores y editores, además de ocasionar grandes pérdidas económicas a estos últimos y depresiones a los propios escritores que se consideraban unos fracasados. Ya lo dice Umberto Eco: "El mundo está lleno de libros preciosos que nadie lee".

La fórmula del éxito literario sigue siendo un misterio que todos quisieran desvelar, pero que sólo unos pocos afortunados parecen conocer, convirtiendo con su toque mágico la letra impresa en oro.

Este es, sin duda, el caso de Dan Brown.



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